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Un crecimiento de 4,9 % en el tercer trimestre señala el camino de una reactivación que se antoja sostenible. Sin embargo, el balance entre exportaciones e importaciones en esta potencia pareciera indicar que los beneficios globales de este repunte pueden repartirse más estrechamente que antes.
Si bien las cifras de crecimiento chinas siempre son sometidas a un feroz escrutinio, la recuperación de esta potencia económica pareciera no sólo real, sino sostenible en el corto plazo, cuando menos. Y, de nuevo, esas son buenas noticias en general, pero en particular vale la pena preguntarse si con la recuperación china ganan todos.
Para intentar responder esta pregunta toca establecer el peso de China en la economía global. Y las dos variables que saltan primero a la vista son su importancia en las mesas de exportación e importación.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) cataloga a China como el mayor exportador de mercancías del mundo. En 2019, las exportaciones de este país rozaron los US$2,5 billones (FOB); la segunda economía en el ranking de exportaciones Estados Unidos, que el año pasado superó apenas los US$1,6 billones en este rubro. En proporción, las exportaciones componen más de 17 % de la economía china, más del doble de lo que las ventas exteriores representan en las cuentas de EE.UU.
Fuente: el Espectador